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ARQUITECTURA EMOCIONAL 1959

El cántabro León Siminiani es premiado con el Goya al mejor cortometraje de ficción (2023) por su película “Arquitectura Emocional 1959”. En ella, reivindica la necesidad de apreciar los espacios que vivimos. La coherencia de su discurso de agradecimiento con lo que cuenta en su trabajo galardonado y las palabras en off de introducción del periodista Carlos del Amor hace innecesario cualquier comentario adicional. ENHORABUENA León Siminiani y GRACIAS por valorar los espacios como se merecen y en donde se crean experiencias personales.

 “Estupendo cortometraje de León Siminiani que propone poner en primer término lo importante que son los lugares que habitamos en los que vivimos, por los que transitamos. Esos edificios – casas – que, en ocasiones, sin saberlo, marcan nuestras emociones.

Todos recordamos esa casa, ese hogar que por alguna razón nos marcó y recordamos con nostalgia o cariño. Para Siminiani este corto puede ser un pequeño grano de arena para divulgar el patrimonio y el impacto emocional que tiene la Arquitectura sobre nosotros”.

Carlos del Amor , entrega de los Premios Goya (2023)

 “(…) este corto habla de la importancia que en nuestra vida tienen los espacios, las calles, las casas; y está construido sobre la idea de que los espacios contienen memoria emocional y nos conforman como somos como personas. En mi vida, los espacios más importantes que yo recuerdo han sido las salas de cine, particularmente cuatro cines de España: el cine Kostka, el cine Capitol de Santander, el cine Floridablanca y el cine Rex de Murcia. Los cuatro cines hoy han desaparecido, pero permítanme que les dedique este premio a todas las personas que están al otro lado de la pantalla y a todos los que estáis aquí. A pesar del cosmos plataformático en el que estamos sumidos y al que tanto le debemos seguimos llevando nuestros hijos al cine (…)”.

León Siminiani, entrega de los Premios Goya (2023)

SALUDOS

Buenos días.
Nos hemos dado cuenta de que hemos tenido mucho tiempo abandonado tanto el blog y las redes sociales y que podría parecer que hemos dejado de trabajar. ¡Nada más lejos de la realidad!

Al igual que muchos compañeros, hemos pasado por tiempos difíciles y todo nuestro esfuerzo ha ido encaminando a sacar los proyectos adelante para que los clientes estuvieran más que satisfechos.

Esperamos que sigáis contando con nostros para cualquier encargo que necesitéis.

Disculpad nuestra desatención.
Un saludo
Equipo DIAZMORENO ARQUTIECTURA

MEMORIAS DE ADRIANO

Memorias de Adriano.
Marguerite Yourcenar, 1951
Traducción de Julio Cortázar

A veces, la lectura de un libro te lleva a otro y acabas encontrando pequeñas joyas. Esto es lo que nos ha pasado con Memorias de Adriano, al cual llegamos tras leer varias novelas históricas sobre imperio romano. En esta obra la escritora francesa - Marguerite Yourcenar - aborda, con un estilo muy peculiar en forma de epístola del propio Adriano a su amigo Marco Aurelio, la vida de este emperador romano. El libro fue publicado en Francia en 1951, y fue un éxito inmediato con una gran alabanza de la crítica; y sin embargo aún no había llegado a nuestras manos.



Hemos seleccionado un fragmento donde aparece una descripción del Panteón de Agripa de Roma, obra atribuida al arquitecto de origen sirio Apolodoro de Damasco en el siglo II d.C.



"Adriano, emperador de Roma, envejecido y enfermo del corazón, pasa los últimos días de su vida retirado del bullicio de la vida cortesana. Rememorando su pasado en una extensa carta dirigida a su amigo Marco, se nos muestra como un hombre ilustrado y sabio, protagonista de una vida en equilibrio entre los deberes políticos y sus sentimientos hacia sus semejantes. Inmerso en esa profunda soledad que proporciona el ser el hombre más poderoso del mundo, se cuestiona si ha merecido la pena abandonar la posibilidad de ser feliz por mantener el poder absoluto.

Saecvlum Avrevm
(...)
Algunas de las grandes construcciones llegaban a su término. El Coliseo, reparado y lavado de los recuerdos de Nerón que aún duraban en él, había sido adornado, en reemplazo de la imagen de aquel emperador, con una efigie colosal del Sol, Helios-Rey, aludiendo a mi gentilicio Elio. Se estaba terminando el templo de Venus y de Roma, situado en el emplazamiento de la escandalosa Casa Áurea en la que Nerón había desplegado con pésimo gusto un mal adquirido. Roma, Amor: la divinidad de la Ciudad Eterna se identificaba por primera vez con la Madre del Amor, inspiradora de toda alegría. Era una de las ideas de mi vida. La potencia romana adquiría así ese carácter cósmico y sagrado, esa forma pacífica y tutelar que ambicionaba darle. Se me ocurría a veces asimilar la emperatriz difunta a aquella Venus sapiente, consejera divina.




Cada vez más, todas las deidades se me aparecían como misteriosamente fundidas en un Todo, emanaciones infinitamente variadas, manifestaciones iguales de una misma fuerza; sus contradicciones no eran otra cosa que una modalidad de su acuerdo. Me obsesionaba la idea de construir un templo a todos los dioses, un Panteón. Había elegido el emplazamiento sobre los restos de antiguos baños públicos ofrecidos al pueblo romano por Agripa, el yerno de Augusto. Del viejo edificio no quedaba más que un pórtico y la placa de mármol conteniendo una dedicatoria al pueblo de Roma: esta última fue cuidadosamente reinstalada en el frontón del nuevo templo. Poco me importaba que mi nombre no figurara en esa obra, que era mi pensamiento. En cambio me agradaba que una inscripción, de más de un siglo de antigüedad, la asociara con los comienzos del imperio, con el pacífico reinado de Augusto
 

(...)
La consagración del templo de Venus y de Roma fue una especie de triunfo acompañado de carreras de carros, espectáculos públicos, distribuciones de especias y perfumes. Los veinticuatro elefantes que habían arrastrado hasta el lugar de la erección de aquellos enormes bloques, reduciendo así el trabajo forzado de los esclavos, figuraban como monolitos vivientes en el cortejo. La fecha elegida para la fiesta era el aniversario del nacimiento de Roma, el octavo día siguiente a los idus de abril del año ochocientos ochenta y dos de la fundación de la ciudad. Jamás la primavera romana había sido más dulce, más violenta, más azul. El mismo día, con una solemnidad más recogida y como en una sordina, tuvo lugar en el interior del Panteón una ceremonia consagratoria. Había yo corregido personalmente los planes excesivamente tímidos del arquitecto Apolodoro. Utilizando las artes griegas como simple ornamentación, lujo agregado, me había remontado para la estructura misma del edificio a los tiempos primitivos y fabulosos de Roma, a los templos circulares de la antigua Etruria. Había querido que el santuario de Todos los Dioses reprodujera la forma del globo terrestre y de la esfera estelar, del globo donde se concentran las simientes del fuego eterno, de la esfera hueca que todo lo contiene. Era también la forma de aquellas chozas ancestrales de donde el humo de los más arcaicos hogares humanos se escapaba por un orificio practicado en lo alto. La cúpula, construida con una lava dura y liviana que parecía participar todavía del movimiento ascendente de las llamas, comunicaba con el cielo por un gran agujero alternativamente negro y azul. El templo, abierto y secreto, estaba concebido como un cuadrante solar. Las hojas girarían en el centro del pavimento cuidadosamente pulido por artesanos griegos; el disco del día reposaría allí como un escudo de oro; la lluvia depositaría un charco puro; la plegaria escaparía como una humareda hacia ese vacío donde situamos a los dioses. La fiesta fue para mí una de esas horas a las que todo converge. De pie en el fondo de aquel pozo de claridad, tenía a mi lado a los integrantes de mi principado, los materiales que componían mi destino de hombre maduro, edificado más que a medias. Reconocía la austera energía de Marcio Turbo, servidor fiel; la dignidad gruñona de Serviano, cuyas críticas bisbisadas con voz cada vez más sorda ya no me alcanzaban; la elegancia real de Lucio Ceyonio, y, algo aparte, en esa clara penumbra que conviene a las apariciones divinas, el rostro soñador del joven griego en quien había encarnado mi fortuna. Mi mujer, también presente, acababa de recibir el título de emperatriz.
"

YOURCENAR, Marguerite. Mémoires d'Hadrien. Barcelona. Editorial Editor original: MayenCM (v1.0 a v1.4). ePub base v2.0

LEY ORGÁNICA DE PROTECCIÓN DE DATOS 03

PARTE 03
¿Cuáles pueden ser las consecuencias si no cumplimos con lo establecido en la LOPD?
¿Cómo dar de alta un fichero en la agencia española de protección de datos?

Las sanciones impuestas por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) son económicas y varían en función del tipo de infracción cometida; en algunos casos pueden ser muy elevadas (hasta 600.000 euros).

Una de las faltas más comunes es la de no comunicar la existencia de un fichero donde se recogen los datos de carácter personal del que dispone nuestra empresa; es decir, no dar de alta el fichero en la AEPD.


3. Infracciones, sanciones y prescripciones
3.1 Tipos
Las tipologías de infracciones, se clasifican en los siguientes tres niveles:
- Leves, como puede ser no proceder a la rectificación o cancelación de inexactitudes o incumplir instrucciones del Director de la AEPD. Multa entre 900 y 40.000€ y un periodo de prescripción de 1 año.
- Graves, como puede ser no proporcionar en el plazo los documentos e informaciones requeridos o mantener ficheros sin las debidas medidas de seguridad. Multa entre 40.001 y 300.000€ y un periodo de prescripción de 2 años
- Muy graves, como puede ser la cesión de datos fuera de los casos permitidos o la recogida de estos de forma engañosa y fraudulenta. Multa entre 300.001 y 600.000€ y un periodo de prescripción de 3 años.

Las comunicaciones comerciales (publicidad) disponen de una legislación más específica y estricta para evitar comunicaciones indeseadas y disponen de herramientas de prevención como las Listas Robinson de exclusión publicitaria.la encargada de velar por el cumplimiento de la LOPD e identificar tratamientos ilícitos de los datos de carácter personal.


4. Inscripción de ficheros en la AEPD
4.1 Registro General de Protección de Datos
“Es el órgano de la Agencia Española de Protección de Datos al que corresponde velar por la publicidad de la existencia de los ficheros y tratamientos de datos de carácter personal, con miras a hacer posible el ejercicio de los derechos de información, acceso, rectificación y cancelación de datos regulados en los artículos 14 a 17 de la Ley Orgánica 15/99, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.”

La inscripción inicial de un fichero y su posterior modificación se realiza a través del formulario electrónico NOTA (titularidad pública y titularidad privada). Es gratuito y se puede realizar 1) con firma electrónica, 2) mediante proceso telemático sin firma electrónica remitiendo la solicitud a la AEPD firmada o 3) por medio de soporte papel.

Es un proceso sencillo donde se solicitan los datos en relación con los agentes intervinientes (responsable, encargado…) y las características del fichero. Además, existen modelos simplificados pre-cumplimentados que se pueden modificar o adaptar.

También existe la posibilidad de usar un programa informático propio que ha de cumplir los requerimientos establecidos (formatos y especificaciones XML).



4.2 Pasos para la notificación (obtenidos de la propia página web AEPD)
- Responder a las preguntas iniciales del asistente dependiendo del tipo de solicitud y forma de presentación elegido.
- Cumplimentar los apartados de la notificación. Se recomienda guardar la notificación antes de pasar a la siguiente fase de cumplimentación, ya que una vez que se haya optado por cumplimentar la Hoja de solicitud no se podrán realizar nuevos cambios en la notificación.
- Cumplimentar la Hoja de solicitud.
- Generar/Enviar la notificación según el procedimiento establecido para cada forma de presentación (papel, telemática o con firma electrónica)
- Recepción de acuse de recibo por parte de la AEPD del envío realizado.
- Enviar la Hoja de solicitud firmada a la AEPD (en caso de ser necesario, no para las notificaciones realizadas con firma electrónica).


VER LEY ORGÁNICA DE PROTECCIÓN DE DATOS

LOPD. Publicación BOE
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